Asociaciones solidaristas: la capitalización de excedentes
Las asociaciones solidaristas costarricenses son organizaciones que nacen con el objetivo de promover la cooperación mutua entre los trabajadores y las empresas. Son una alternativa importante al sindicalismo y tienen una fuerte presencia en el país.
La participación en estas asociaciones es de carácter voluntario. Se cuentan entre sus objetivos la mejora de las relaciones laborales, el impulso a la educación financiera y el fomento al bienestar social y económico de sus miembros. Sin embargo, su principal función es administrar un fondo común que es alimentado por contribuciones de los empleados y de las empresas.
El dinero administrado por las asociaciones se usa para dar beneficios a sus miembros, tales como préstamos a bajo interés, acceso a programas de ahorro, seguros, y subsidios para la educación. La administración responsable de este fondo genera una rentabilidad, a partir de la cual se le puede otorgar a los asociados un dividendo.
En este artículo voy a plantear algunas sugerencias sobre la forma en la que debería tratarse ese dividendo, o de ese excedente.
El pago de excedentes
En la jerga de las asociaciones solidaristas, la rentabilidad de la administración del ahorro de los asociados se conoce como “excedente”, pues es el monto que resta luego de descontar los costos financieros y operativos de la asociación.
Los asociados pueden decidir qué hacer con ese excedente:
Pueden decidir repartirlo entre los mismos asociados, en forma proporcional a su participación dentro del fondo.
Pueden decidir no repartirlo, y reinvertirlo en la asociación. Esta reinversión se haría también de forma proporcional a la participación, e incrementaría el monto que cada asociado tiene en el fondo. Esto se conoce como capitalizar el excedente.
Pueden optar por una entrega parcial del excedente: se reparte un porcentaje del monto, y el resto se capitaliza.
Esta decisión representa uno de los grandes puntos de debate en la adminstración de casi todas las asociaciones.
En algunos casos, las posiciones en este debate pueden estar sustentadas en criterios emocionales, o en la observación de un status quo o una práctica general. Por esto, quisiera aprovechar para proponerle a los lectores de La Ruta un principio técnico que les puede ayudar a encontrar una solución, si alguna vez participan en la discusión sobre si capitalizar excedentes o no.
La reinversión de utilidades
La decisión de capitalizar o entregar los excedentes se parece mucho a la decisión que enfrentan todas las empresas sobre sus utilidades: ¿es más conveniente reinvertir o es más conveniente pagar dividiendos?
Aunque siempre se reconoce la importancia de las preferencias de los accionistas de las empresas sobre el destino de las utilidades, existe una respuesta más o menos “óptima” a esta pregunta:
Las utilidades se deben reinvertir en tanto existan opciones de inversión más rentables dentro de la empresa que fuera de ella.
Mayor rentabilidad implica una tasa más rápida de crecimiento del monto invertido. Y, si un colón invertido en la empresa crece más rápido que un colón fuera de ella, me conviene tener la mayor cantidad posible dentro de la empresa.
Esta respuesta es intuitiva, pero también se puede probar numéricamente. En los siguientes gráficos presento los cálculos sobre el crecimiento de 100 colones en dos empresas distintas, y para cada una presento lo que pasaría si se reinvierten las utilidades dentro de la empresa y si se reinvierten fuera de la empresa. En la primera empresa, del gráfico izquierdo, se puede reinvertir utilidades a una tasa del 5%, y en la segunda empresa, en el gráfico derecho, se puede reinvertir utilidades a una tasa del 10%. En ambos casos, la rentabilidad de invertir fuera de la empresa es de 7%.
Al evaluar ambos casos podemos confirmar que siempre es más beneficioso invertir donde es más rentable. Cuando la empresa es más rentable que otras alternativas, conviene reinvertir las utilidades. Cuando la empresa es menos rentable que las alternativas, conviene retirar las utilidades y dedicarlas a mejores inversiones.
Lo mismo ocurre con el ahorro que se tiene dentro de las asociaciones solidaristas. Cuando una asociación tiene una rentabilidad mayor que las alternativas de inversión del asociado, al asociado le conviene que los excedentes se capitalicen. Cuando una asociación tiene una rentabilidad menor o igual que las alternativas de inversión del asociado, al asociado le conviene que los excedentes se le entreguen.
¿En qué tipo de asociación estoy?
Queda abierta la pregunta de si es posible para las asociaciones solidaristas ofrecer rentabilidades mayores a las de otras alternativas en el mercado de productos financieros.
Si conocemos las proyecciones de rentabilidad sobre el patrimonio de nuestra asociación, es muy fácil encontrar una respuesta. Sólo tenemos que compararlas con las rentabilidades de alternativas reales.
La inversión en planes de pensión voluntaria o en una cartera diversificada de productos financieros podría rendir algo cercano al 10%, por lo que la rentabilidad de la solidarista debería superar este nivel para que sea atractivo capitalizar los excedentes. Yo recomendaría además sumar un par de puntos porcentuales como una exigencia de “prima de riesgo”, porque el nivel de rentabilidad proyectado de una asociación solidarista no está garantizado y puede fluctuar bastante en el tiempo, por lo que convendría partir de una base más alta en el requerimiento de rentabilidad.
Así, una asociación solidarista debería tener una rentabilidad proyectada de 12% como mínimo para que tuviera sentido para los asociados capitalizar los excedentes.
Ahora, si no conocemos con precisión la rentabilidad proyectada, podemos intuir en qué rango se encuentra a partir de las líneas de negocio de la asociación.
La rentabilidad superior al 12% es alcanzable para asociaciones solidaristas que otorguen volúmenes importantes de créditos a tasas elevadas, o para asociaciones que inviertan en actividades empresariales exitosas. Si uno está asociado a una solidarista con estas características, es probable que sea razonable la discusión de capitalizar los excedentes.
Un grupo importante de asociaciones solidaristas, sin embargo, invierten sus fondos en productos financieros; los mismos productos financieros a los que tendrían acceso los asociados por su cuenta. Es difícil que estas solidaristas superen las rentabilidades del 12% que serían necesarias para hacer atractiva la reinversión. Si uno está asociado a una solidarista con estas características, sería menos aconsejable la capitalización de los excedentes.
Conclusión
Las asociaciones solidaristas administran una parte importante los ahorros de muchos costarricenses.
Dentro de las asociaciones solidaristas se toman decisiones que pueden incidir en la rentabilidad de largo plazo de esos ahorros, y una de las decisiones más importantes es la de capitalizar, parcial o totalmente, los excedentes.
Parecería que esta es una decisión compleja, sobre la cuál muchos de nosotros no tendríamos el conocimiento necesario para opinar. Pero existen herramientas simples, como la comparativa de la rentabilidad esperada contra el mercado, o formas de intuir los resultados de esta comparación, que nos pueden ser muy útiles a la hora de tomar la decisión.