Depreciación de vehículos en Costa Rica
Para la publicación de hoy, quise hacer un intento de responder una pregunta que tengo hace tiempo: ¿cuán rápido se deprecian los carros en Costa Rica?
Me parece una pregunta importante desde un punto de vista de finanzas personales, porque podría haber momentos óptimos para comprar o vender un carro, para que la depreciación no nos afecte, o nos afecte lo mínimo posible.
Siento que mucha gente tiene su propia respuesta a la pregunta. Hay, por ejemplo, quienes recurren a la sabiduría popular de otros países (“el carro pierde 30% del valor el día que sale de la agencia”), y hay quienes se apoyan un poco más en anécdotas asociadas a marcas preferidas o detestadas.
Se me ocurrió entonces hacer una investigación usando los datos de los anuncios publicados en crautos.com; la idea es tratar de determinar, en promedio, cuánta diferencia existe en los precios de los vehículos nuevos, modelo 2023, y los precios de los modelos 2022 y más viejos.
Esta no es exactamente la forma más científica de hacer estos cálculos1, pero nos puede dar alguna intuición sobre la forma en la que se valoran los carros en Costa Rica y las grandes tendencias de esos valores en el tiempo.
SUVs pequeños
Inicio con una de las categorías más populares de vehículos en Costa Rica: el SUV pequeño. Es un tipo de carro que conecta con la preferencia del costarricense por manejar un carro alto, y se ha vuelto tan buscado que durante los últimos años algunas agencias se han volcado a vender prácticamente sólo SUVs pequeños.
De entre los que se han mantenido vigentes, y con alta popularidad durante los últimos 15 años seleccioné para el estudio el Toyota Rav4, el Hyundai Tucson, el Honda CRV y el Nissan X-Trail.
Al observar el comportamiento de los precios podemos ver algunas cosas:
Parecería haber muy poca depreciación durante los primeros dos años. Incluso se puede ver carros usados que cuestan más que los nuevos. Esto podría deberse a efectos post-pandemia en los flujos de importación, que causan desequilibrios entre oferta y demanda.
Los patrones de caída en el precio son muy similares para todas las marcas, con una depreciación promedio de 25% a los 5 años, 55% a los 10 años y 70% a los 15 años.
Sedanes compactos
Otra categoría popular es la del sedan compacto. Suelen ser vehículos más económicos, pero que cumplen con las necesidades de la gente. Para evaluar esta categoría seleccioné el Toyota Yaris, el Hyundai Accent, el Kia Rio y, para ver si había alguna diferencia importante, incorporé un carro de más alta gama, el BMW serie 3.
Acá vemos también algunas cosas:
A diferencia de los SUVs, los sedanes se empiezan a depreciar casi inmediatamente.
El BMW, fuera de algún comportamiento inusual en los primeros años, sigue la trayectoria de precios de las marcas coreanas.
Hay una ventaja clara del Toyota, que tiene una depreciación 15% menor que el resto de los carros.
En promedio, la depreciación es de 40% a los 5 años, 60% a los 10 años, y 75% a los 15 años.
Pickup 4x4
La última categoría que me pareció valioso investigar es la de los pickup. Es una categoría de carro de trabajo que suele recibir más kilometraje que las anteriores. Al mismo tiempo, es una categoría de carro muy buscada.
Acá, seleccioné el Toyota Hilux, el Nissan Frontier, el Isuzu D-Max y el Mitsubishi L200.
Al trazar las series de precios relativos podemos acercarnos a algunas conclusiones:
Se observa, al igual que con los SUVs, precios estables o al alza en los primeros años. Y al igual que en ese caso, podría atribuirse a un desequilibrio entre oferta y demanda.
Luego de los primeros 5-6 años hay un deterioro relativo en el precio del Mitsubishi, de al menos 10%.
La depreciación parece ser más lenta en esta categoría. Los pickups se deprecian en promedio un 20% a los 5 años, 45% a los 10 años, y 60% a los 15 años.
Conclusiones
Algunas cosas me sorprendieron de hacer este ejercicio. La primera es la preferencia del tico por los Toyota. En todas las categorías parecería ser la marca que menos se deprecia. La segunda sorpresa vino de ver que los pickups tienen un patrón de depreciación más lento que los vehículos de pasajeros, a pesar de que, argumentablemente, se exponen a más desgaste regular.
Antes de cerrar, podemos repasar los resultados promedio de cada categoría:
Como dije al inicio, este ejercicio no fue necesariamente riguroso, pero si tuviera que dar alguna recomendación basada en estos resultados, sería que, siempre que se requiera, y el presupuesto lo permita, el momento para comprar un sedán es luego de los 5 años, cuando ya haya experimentado la grada más importante de depreciación. Por el contrario, si uno estuviera buscando comprar un vehículo alto o todo terreno, podría ver menos depreciación relativa al comprarlo nuevo.
Hay al menos dos problemas importantes. El primero, es que estoy construyendo la información a partir de precios ofrecidos en plataformas en línea, y las transacciones reales podrían estar cerrando a otros precios.
El segundo problema, que en mi opinión es más serio, es que sólo estoy comparando precios existentes hoy, y no estoy haciendo comparaciones de igual a igual. Es decir, no comparo el precio original de un vehículo nuevo en 2018 con el precio de ese mismo vehículo modelo 2018 en la actualidad, y así para todos los años. Esto puede alterar las conclusiones, sobre todo si los precios de los vehículos nuevos cambian año a año.
La fuente correcta para los datos, que resolvería estas dos fallas es la de datos históricos de transacción en el registro nacional, pero esa es una fuente muy difícil de accesar.