Estacionalidades: Cuándo cambiar moneda
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Estacionalidades y estrategias para cambiar moneda
En estos días, la noticia financiera número uno del país es el tipo de cambio. Semana a semana se alcanzan precios progresivamente más bajos para el dólar, para alegría de algunos y pena de otros. Quisiera aprovechar entonces para profundizar un poco en el tema. Ya hemos estudiado las razones de la tendencia a la baja, por lo que hoy quisiera dar unos consejos que ayuden a los lectores a encontrar el mejor tipo de cambio posible, de acuerdo con sus necesidades.
Para esto, les propongo tomar la posición del analista económico. El analista, al ver el tipo de cambio caer rápidamente se pregunta dos cosas: la primera es cuál puede ser la causa de este fenómeno, y la segunda es si era predecible antes de que ocurriera.
Las respuestas a ambas incógnitas están relacionadas, y si leemos las opiniones de los analistas en la prensa, encontraremos muchas explicaciones en la misma línea: el mes de diciembre es un mes en el que es típica la caída del tipo de cambio, con el inicio de la temporada alta turística, los pagos de aguinaldos, y otra multitud de eventos que resultan en la entrada de muchos dólares al país. El subtexto de todas estas explicaciones es que una caída del tipo de cambio en el mes de diciembre era totalmente predecible. Esta caída era algo que cualquier persona informada tenía que esperar.
Pero, si se sabe que en el mes de diciembre el tipo de cambio tiende a bajar, por razones asociadas a la realidad económica del país, también se debería saber que hay otros meses en los que el tipo de cambio sube, ¿no?
Pues sí, una revisión superficial de la historia nos puede decir que hay meses en los que el tipo de cambio es relativamente más alto y meses en los que el tipo de cambio es relativamente más bajo. Pero esa revisión nos puede decir mucho más. Por ejemplo, que hay también días del mes en los que el tipo de cambio es relativamente más alto y días del mes en los que el tipo de cambio es relativamente más bajo. Podemos encontrar incluso días de la semana en los que el tipo de cambio es relativamente más alto y días de la semana en los que el tipo de cambio es relativamente más bajo. Estas son las llamadas estacionalidades, patrones de comportamiento del mercado cambiario que se repiten de forma consistente y predecible en momentos específicos.
El conocimiento de las estacionalidades, lejos de ser un misterio, es un dato que comparten todas las personas que se dedican a cambiar moneda en el país, y todas las personas que se dedican a estudiar el tipo de cambio. El Banco Central lo ilustró recientemente en su último Informe de Política Monetaria, en gráficos como el que vemos a continuación.
En este gráfico, se observa la estacionalidad del superávit de ventanillas (lo que vemos cuando el público quiere vender más dólares de los que quiere comprar, y presiona el tipo de cambio a la baja). La estacionalidad ha evolucionado en años recientes: ha aumentado la abundancia de dólares en febrero y marzo, ha aumentado la abundancia en la segunda semana del mes, y ha aumentado los días jueves.
De acuerdo con esto, los mejores momentos para comprar dólares, en diferentes ventanas temporales, son: el mes de marzo, los días 15 del mes, y los días jueves. También, los mejores momentos para vender dólares son: el mes de octubre, los días finales de cada mes, y los días lunes.
Lo inexplicable
En la mayoría de mercados financieros es muy inusual la aparición de estacionalidades. Si hay cambios regulares y predecibles en el precio de un bien, es muy atractivo para alguien que negocie en ese mercado comprar cuando el precio es bajo y vender cuando el precio es alto, y hacerlo consistentemente hasta acumular una fortuna.
Entonces, ¿cómo se puede explicar la existencia de estacionalidades en el mercado cambiario costarricense?
Es hasta cierto punto extraño. En una entrevista reciente, el mismo presidente del Banco Central, Róger Madrigal, indicó que en Costa Rica no se han dado los procesos necesarios para la desaparición de la estacionalidad.
“Madrigal explicó que cuando se realizó el estudio, años atrás, se pensó que el mismo mercado iba desaparecer la estacionalidad. Esto porque cuando hay abundancia o escasez de la divisa, hay un incentivo natural para que las personas adquieran dólares cuando el precio es bajo, para vender luego a un precio mayor, añadió.
“El presidente de la autoridad monetaria afirmó que eso genera una especie de arbitraje en el tiempo y que, en Costa Rica, el proceso de adaptación del mercado cambiario a estos fenómenos estacionales, que se les conoce de esta forma porque suceden en un mismo periodo repetidamente cada año, no se ha dado con mucha fuerza.”
¿Qué puede estar pasando para que se mantengan, y en algunos casos se acentúen, las estacionalidades? ¿Será que nadie en el país está dispuesto a lucrar con esta anomalía? ¿Será que no nos gusta el dinero fácil?
Mi hipótesis es esta: Hay varios tipos de participantes en el mercado cambiario. Están los grandes y los pequeños, los casuales y los profesionales.
En mi artículo sobre lo que deberíamos saber antes de cambiar moneda les dije que la mayoría de las personas que no cambian moneda regularmente priorizan (de forma racional) la inmediatez y la simplicidad. Alguien que cambia moneda para pagar la cuota de un préstamo o hacer compras en línea difícilmente va a estar pensando en posponer la transacción hasta el momento perfecto, con el único fin de ganarse unos colones. Viendo esto, me parece que este grupo de participantes pequeños y ocasionales no es el que va a contribuir a reducir las estacionalidades.
Tenemos luego los participantes grandes y profesionales: los bancos y las operadoras de pensión. Estos participantes cargan con restricciones regulatorias que, en general, no les permiten hacer las transacciones necesarias para explotar las estacionalidades. Desde hace unos años, por ejemplo, los bancos tienen impedimentos importantes para acumular y desacumular dólares. Considerando esto, los participantes grandes, profesionales, y regulados tampoco parecerían ser los llamados a reducir el efecto de las estacionalidades.
A partir de lo anterior, parecería que los llamados a equilibrar el mercado serían participantes grandes, profesionales, que no estén sometidos a regulación altamente restrictiva. Habría que pensar en hedge funds costarricenses, que muevan montos considerables e inviertan sus propios recursos para explotar las anomalías estacionales. Sin embargo, este tipo de participante, hasta donde sé, no existe.
Es posible que, todavía por unos años, sigamos viendo patrones estacionales en el mercado cambiario. Estos patrones seguirán ofreciendo oportunidades a las personas que tengan la preparación y la voluntad para explotarlas. Mi recomendación principal en esta publicación es que, cuando hagamos transacciones grandes, recordemos que existen estacionalidades, y tratemos de aprovechar las oportunidades que nos dan.