El mejor plan de pensión voluntaria en Costa Rica
En publicaciones anteriores se ha mencionado la conveniencia y la importancia de aportar a una pensión voluntaria. Sin embargo, no he discutido mucho sobre cómo seleccionar una pensión voluntaria, o cómo abrir un plan si hoy no lo tengo.
Hoy voy a enfocarme un poco más en estos temas, en lo que espero sea una guía inicial sobre el universo de pensiones voluntarias en Costa Rica. Hago también la recomendación del que considero el mejor plan de pensión para la mayoría de la gente.
Los tres pilares de la pensión
En Costa Rica tenemos lo que se conoce como un sistema de pensión multi-pilar. En este sistema se espera que, para la mayoría de la gente, el ingreso durante la vejez venga de tres fuentes, o “pilares”. Por importancia relativa estos serían:
1. Régimen de pensión básica:
Acá se ubican los regímenes de Invalidez Vejez y Muerte, Junta de Pensiones del Magisterio, y Fondo de Jubilaciones del Poder Judicial. Es un esquema de participación obligatoria para toda la fuerza laboral. En el caso del IVM, que es el más común, hoy se aporta el 10.67% del ingreso bruto. La pensión básica es solidaria y de capitalización colectiva, compartida entre los afiliados, y se espera que cubra cerca de la mitad de nuestro ingreso durante la vejez. Constituye el primer pilar.
2. Régimen obligatorio de pensión complementaria (ROP):
Es un esquema de participación obligatoria para todos los asalariados, con contribución fija de un 4.25% del salario. Es un esquema de capitalización individual, en el que cada persona recibe un pago justo por lo que aporta. Lo administra la operadora de pensión complementaria que el trabajador designe, y se espera que cubra cerca de un 20% del ingreso durante la vejez. Este es el segundo pilar.
3. Régimen voluntario de pensión complementaria:
Es un esquema de participación voluntaria, al que pueden acceder todas las personas, sin contribución definida, mínima o máxima, pero que goza de una atractiva exención tributaria para contribuciones entre 0% y 10% del ingreso bruto. Al igual que el ROP, lo administra una operadora de pensión complementaria que el trabajador designe. Es un esquema de capitalización individual, y se espera que pueda llegar a cubrir cerca de un 30% del ingreso durante la vejez. Representa el tercer pilar.
Nos vamos a enfocar en este tercer pilar, y más específicamente, en cómo seleccionar una pensión voluntaria que se ajuste a nuestras necesidades. Esto, considerando la oferta de productos que nos dan las operadoras de pensión complementaria (OPCs).
El perfil del inversionista: riesgo y retorno
Quienes aportamos a una pensión complementaria, tanto del régimen obligatorio como del régimen voluntario, somos inversionistas. Las OPC toman cada uno de los aportes que hacemos a nuestra cuenta individual de pensión y lo invierten en nuestro nombre de acuerdo con una estrategia de inversión particular.
Lo más importante que hacemos al seleccionar una OPC para que administre nuestra pensión es seleccionar la estrategia con la que se van a invertir nuestros ahorros. Una estrategia bien ejecutada va a definir cerca del 90% de nuestros resultados de largo plazo1, y los va a definir en términos del riesgo al que nos expone y al retorno que nos va a permitir disfrutar.
El retorno y el riesgo son dos factores importantes a considerar cuando se hace cualquier inversión. El retorno se refiere a la ganancia o pérdida que un inversionista obtiene de su inversión, mientras que el riesgo se refiere a la incertidumbre o la probabilidad de perder dinero en una inversión.
En general, se considera que una inversión con un alto retorno probablemente tendrá un alto riesgo, mientras que una inversión con un bajo retorno probablemente tendrá un bajo riesgo.

Todo inversionista debe evaluar el balance que hacen sus inversiones entre estas dos variables, y asegurarse de que ese balance considere sus condiciones, y le permita atender sus necesidades y objetivos. Esto es lo que se conoce, de forma simplificada, como definir nuestro perfil de inversionista. Así, por ejemplo, en una inversión para la pensión, podríamos ver dos perfiles distintos: una persona que tiene un monto ahorrado significativo, necesidades importantes de ingreso en su vejez y tiene un plazo de inversión de 5 años o menos, no puede tomar tanto riesgo como alguien que está iniciando su aporte a la pensión, tiene un plazo de inversión de 30 años y cuenta con otra serie de inversiones que le ayudarán a complementar su ingreso en la vejez.
Por estos motivos, es importante que quien invierte para la pensión sepa que tiene una estrategia de inversión adecuada a su perfil. Desafortunadamente, a pesar que las decisiones de estrategia de inversión tienen un alto impacto en nuestras vidas, son decisiones que no suelen comunicarse de forma transparente a los afiliados, ni antes ni después de escoger una operadora para que administre nuestros ahorros.
Una pensión de acuerdo a nuestro perfil
Dentro del país, el universo de opciones de pensión voluntaria es reducido: cinco operadoras de pensiones ofrecen el producto en colones, y solo cuatro lo ofrecen en dólares. La mayor parte de estas opciones tienen estrategia única, en donde todos los afiliados de la operadora invierten exactamente con el mismo perfil y los mismos resultados. Hay incluso operadoras en las que la estrategia única cambia de un momento a otro sin notificación, y se toma más o menos riesgo de acuerdo con el criterio de quien administra el fondo.
Sólo una OPC ofrece planes de pensión en que los afiliados con distinto perfil pueden tener estrategias diferenciadas y conocidas en el largo plazo: BAC Pensiones.2
El plan de pensión voluntaria de BAC Pensiones, disponible en colones y dólares, consta de tres fondos con estrategias de inversión diferenciadas en términos de riesgo y retorno. Existe un fondo (Fondo A) con una estrategia conservadora, que busca proteger el ahorro del inversionista, a cambio de ofrecer un retorno más bajo; un fondo (Fondo C) con una estrategia agresiva, que tiene expectativa de retornos elevados en el largo plazo, pero toma más riesgos y está más expuesto a la volatilidad; y existe, por último, un fondo (Fondo B) con una estrategia intermedia entre estas dos.
Al ingresar al plan, el inversionista puede optar por una modalidad de ajuste automático, en la que sus ahorros migran desde el fondo más agresivo hacia el fondo más conservador conforme la edad del inversionista se acerque a la edad de retiro, o por una modalidad discrecional, en la que se puede seleccionar una estrategia particular, o hasta una combinación de las estrategias disponibles. La flexibilidad implícita en el plan le permite ajustarse a los requerimientos de prácticamente cualquier persona.
Ahora, ¿existe alguna evidencia de que esta pensión, con estrategias diferenciadas, haya funcionado? Podemos dar una respuesta inicial con una revisión rápida de los resultados recientes.
El periodo post-pandemia nos ha traído años muy particulares para los inversionistas en mercados de capitales. Tenemos, en rápida sucesión, el 2021, un año de enormes ganancias, y el 2022, un año de pérdidas inéditas. Esta montaña rusa de resultados de mercado nos presenta una muy buena oportunidad para verificar si las estrategias de inversión han dado los frutos esperados.
Si analizamos, por ejemplo, los resultados del fondo A y del fondo C en colones, durante los años 2021 y 2022, podemos identificar varias cosas. El fondo A, el más conservador, tuvo un rendimiento razonable en el mercado alcista de 2021, y un rendimiento bajo, pero positivo, en el mercado a la baja de 2022. Mientras tanto el fondo C, el más agresivo, tuvo un rendimiento históricamente alto en 2021, y un rendimiento bastante negativo en 2022. Además, podemos ver que en el acumulado de los dos años, el fondo C tiene un desempeño superior al del fondo A.
Partiendo de esto podemos concluir que la estrategia de los fondos sí parecería estar correctamente alineada con los posibles perfiles de los inversionistas: La estrategia del fondo A le ayudó a los inversionistas que lo requerían a proteger su ahorro en uno de los años con mayores pérdidas en la memoria reciente, y la estrategia del fondo C le ha dado, a los inversionistas que tienen la capacidad de tomar riesgos, retornos mayores en plazos más extendidos. Esto es exactamente lo que habríamos esperado.
¿Cómo abrir un plan de pensión voluntaria?
Concluyo con una indicación rápida sobre cómo se puede abrir un plan de pensión voluntaria. La forma más directa es hacerlo por medio del formulario web. En el formulario se puede solicitar la asesoría de un promotor certificado por la Superintendencia de Pensiones, para aclarar cualquier inquietud adicional. Yo recomiendo este camino.
Para quien lo prefiera, el formulario también permite hacer una solicitud de apertura completa sin asistencia, incluyendo con el detalle de la fuente y destino de los aportes.
Esta es la conclusión de Brinson, Hood, y Beebower en su artículo de 1986, “Determinants of Portfolio Performance.”
Este es un plan que conozco bien porque participé de su diseño hace algunos años, durante mi paso por BAC.