Existe algún consenso en la literatura económica sobre los beneficios de largo plazo de utilizar los servicios de un asesor financiero: Contar con consejo experto en las áreas de finanzas e inversiones familiares, sobre todo en momentos difíciles, probablemente nos va a ayudar a hacer crecer y proteger nuestro patrimonio a lo largo de nuestra vida.
Sin embargo, la selección de un asesor ideal es una tarea complicada. Se ha encontrado que los asesores pueden tener conflictos de interés con sus clientes o pueden no contar con la preparación adecuada, lo que les dificultaría dar ese consejo experto que las familias requieren.
Otros países han intentado controlar este riesgo a través de la certificación pública de asesores financieros o mecanismos similares. En Costa Rica, sin embargo, la industria es un poco opaca y no contamos con mecanismos, públicos o privados, para procurar que se dé un servicio de asesoría de calidad. Quien tenga interés en contratar un asesor financiero tiene enfrente la dura tarea de determinar si está trabajando con un verdadero experto, que conoce el tema a profundidad y procura salvaguardar los intereses de sus clientes, o si está trabajando con alguien que no está realmente preparado.
Con el paso del tiempo se han encontrado posibles soluciones a este problema: por ejemplo, la gente que ha tenido buenas experiencias recomienda de boca en boca el asesor familiar.
Sin embargo, no muchos tenemos acceso a estas redes de recomendación fiable, o en muchos casos, no tenemos la capacidad de incurrir en el gasto que significaría contar con un asesor financiero. Para quienes se encuentran en este grupo, quisiera proponer una solución alternativa: el uso de una herramienta de inteligencia artificial que proporcione asesoría financiera.
ChatGPT
Hice el ejercicio de pedirle ayuda a ChatGPT con mi planeamiento financiero, y utilicé como ejemplo los datos medianos de la última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares y de la Encuesta Financiera de Hogares. Les presento la experiencia a continuación:
El primer intento me inunda con requisitos, lo que es un poco abrumador. Usualmente con este tipo de herramientas, la forma más segura de obtener buenos resultados es alterando nuestras preguntas para dirigir la conversación hacia niveles más manejables.
Con esto, procedo a ingresar la información. Al extraerla de las encuestas de hogares, es información típica para las familias costarricenses, por lo que se puede usar de base.
Con la información ingresada, el modelo hace una propuesta inicial.
Esta respuesta es algo superficial, y puede valer la pena hacer preguntas adicionales para obtener información más puntual. Esto, dependiendo además de nuestros intereses y situación particular.
Conclusión
El uso de ChatGPT u otra herramienta de inteligencia artificial para asesoría financiera tiene algunas ventajas importantes sobre la contratación de un servicio:
Disponibilidad 24/7.
Costo reducido.
Estas herramientas son imparciales, porque no tienen incentivos para favorecer productos o servicios particulares.
El formato conversacional permite personalizar la asesoría de forma importante, lo que facilita discutir casos especiales o simplificar la terminología cuando la persona lo prefiere.
El software sólo va a mejorar conforme reciba más feedback y tenga acceso a más información. Aún en las áreas en las que es flojo hoy, puede estar dando resultados sorprendentes en poco tiempo.
Con los cuidados y ajustes adecuados, se puede garantizar la total confidencialidad de la información.
Para la gente con más recursos técnicos, esto puede ser una solución ideal. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las ventajas vienen acompañadas por algunas limitaciones:
Incapacidad para manejar situaciones particularmente complejas: hay situaciones financieras difíciles que vienen aparejadas con cargas psicológicas importantes. Aunque exista una respuesta objetivamente correcta para un problema, puede ser que en ciertas situaciones sea preferible un abordaje distinto. Estos casos deberían aún ser atendidos por un asesor humano con la intuición y el cuidado que la situación amerita.
Propensión a cometer errores: Las herramientas de inteligencia artificial aún están en una etapa temprana de desarrollo, y son propensas a cometer errores de ciertos tipos. Siempre vale la pena hacer una evaluación crítica de las recomendaciones que nos dé el software.
Falta de información: Las herramientas pueden tener poca información sobre el detalle de los productos del mercado financiero costarricense. Es una limitante importante, pero se puede resolver apoyándose en recursos como La Ruta o similares.
Los invito a probar la posibilidad de complementar su proceso de decisión con los aportes del asesor financiero electrónico. Puede ser un mecanismo para simplificar un proceso complejo, o una guía detallada para quien está en etapas iniciales.
Excelente artículo Humberto. El tema de asesores financieros es bastante complejo y no solo se debe a falta de formación, es un tema de conflicto entre los objetivos de la administración de los puestos de bolsa y safis, y el poder de agencia de los corredores. Esto no se eliminará hasta que: 1) regulatoria mente se soliciten niveles mínimos de formación, 2) la administración tome medidas en Linea con estándares y códigos de ética internacionales (CFA por ejemplo), 3) renovación de corredores en plaza costarricense hacia gestores de carteras de inversión, y 4) cambios en modelos de compensación de corredores hacia compensación por desempeño relativo de cartera a objetivos de mandatos u otros, vs el actual y dominante cobró por transacción (con todos los conflictos de interés que esto tiene).
En mi experiencia estas barreras son difíciles de vencer en el corto plazo, a menos que la Gerencia General de las entidades tenga: 1) conocimiento de buenas prácticas y codigo de ética profesional en linea con lo deseable para proteger intereses de cliente e institución, 2) alineamiento de Junta Directiva con estos objetivos, 3) vencer el poder de agencia de los asesores actuales (la mayoría en el mercado en el estatus quo y con 15-30 años de hacer lo mismo).